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Libro: Levantamientos y revolución (Fragmento)




Portada del libro de Jaime Chuchuca

El sociólogo y filósofo ecuatoriano Jaime Vicente Chuchuca Serrano presentó recientemente su última investigación titulada “Levantamientos y revolución: la movilización como arma de los pueblos “. Partiendo de la rebelión popular de Octubre del 2019 en Ecuador, el autor repasa también otros conflictos sociales en la región que estallaron por la incapacidad histórica de los gobiernos de atender las demandas sociales. De esta manera, en su texto Chuchuca analiza “cómo las crisis cíclicas del capitalismo ahora incorporan crisis inducidas que dilatan la efervescencia de los pueblos; estos emergen, en medio de la creación de la pobreza popular, con situaciones revolucionarias y nuevas expresiones democráticas que pueden producir revoluciones en el grado de la debilidad de los gobiernos”.

La Fanesca Política les presenta la introducción a esta obra titulada convenientemente “¡Sonó el estallido!”. El libro en su integridad puede ser adquirido en su versión digital en este enlace.


“La primera revolución, engendrada por la guerra imperialista mundial, ha estallado. Seguramente, esta primera revolución no será la última” (Ulianov, Cartas desde lejos, 1973, pág. 3).[1]

INTRODUCCIÓN: ¡SONÓ EL ESTALLIDO!

Existimos en un sistema económico, político y cultural mundial de origen colonial, de casi seis siglos, en una era digital que se transforma en días. Ese cuerpo imperial anquilosado y putrefacto es una pesada carga para los pueblos y pone en riesgo la vida de un planeta de 5 mil millones de años.

Estamos viviendo la primera revolución social global: donde el llamado tercer mundo se subleva, pero también la periferia dentro del primer mundo. Las clases dominantes lo saben y están en pánico. ¿Qué transformaciones profundas nos depara el futuro?, ¿se podrá superar el colonialismo imperial y el capitalismo?

Los estallidos populares y los embriones de las revoluciones sociales se desarrollan en el planeta; algunos serán truncados, otros serán imparables. Por lo pronto, en este ensayo solo podemos atisbar algunas de las nuevas características de la sociedad producidas por las revoluciones sociales en camino: sobre todo el crecimiento del antiimperialismo en la periferia mundial que amenaza con desintegrar las cadenas coloniales del siglo XXI.

Latinoamérica entera se prepara para grandes transformaciones. La situación revolucionaria que para las clases dominantes es un caos, para las clases populares y pueblos oprimidos es la perspectiva de un nuevo sistema social.

Las metamorfosis albergan las más variadas formas. En los procesos históricos no hay recetas. Las condiciones sociales transforman a los seres humanos, del mismo modo que estos transforman las condiciones del entorno con sus potencialidades (Marx y Engels, 1957). No estamos predestinados a vivir de una vez para siempre en una misma formación económica social, con colonialismos y saqueos perpetuos.

La crisis del capitalismo del siglo XXI y la forma del Estado liberal, neoliberal o monopólico basado en el autoritarismo colonial,[3] patriarcal, racial y clasista ha llegado a las pútridas características fascistas y xenofóbicas como una trompeta que vaticina fuertes transformaciones.[2]

Los gobernantes aprovechan la imagen de la crisis permanente para recortar los salarios, la inversión en salud, educación y la protección de derechos. Sin embargo, los levantamientos abren sendas para revolucionar la sociedad y la democracia de los pueblos.

Estamos presenciando las turbulencias de la transición a un nuevo paradigma social, donde la libertad, igualdad, equidad y el humanismo no sean subsumidos a la administración ideológica que al final de cuentas lo termina anulando todo.

Los capitalistas quieren mayor plusvalía en menoscabo del valor del trabajo. El neoliberalismo como modelo exige un trabajo sin derechos. Esta simbiosis sostiene un trabajo devaluado de mujeres que trabajan sin remuneración, y comunidades indígenas y afrodescendientes que reciben una remuneración por debajo del límite del mercado.

Las luchas anticoloniales, antipatriarcales, antirracistas, anticlasistas, antineoliberales, ecologistas han marchado en el pasado cada quien por su parte, con las fuerzas divididas. Pero ahora los pueblos han enriquecido la lucha con la unidad y una nueva cultura de resistencia, que supera los límites antidemocráticos del autoritarismo del Estado.

Una de las tesis centrales de Marx, que recojo para la crítica actual, es la de la moderna teoría de la colonización del último capítulo del tomo primero de El Capital. En las colonias modernizadas choca el régimen capitalista con el obstáculo de la apropiación basado en el propio trabajo, por eso estas sociedades enfatizan en la continua expropiación de los productores. Aquí el poder de los imperios, las metrópolis y el capital de las colonias busca el interés de la riqueza nacional (del Estado y los capitalistas privados que dependen de este), no solo fabricando asalariados, sino produciendo pobreza popular (Marx K. , 1977, pág. 650). En América Latina la expropiación de la tierra, de los recursos naturales, de los derechos sociales, la mantención del salario al mínimo, intermediados por los gobiernos, son causas de la pobreza. El capital funciona con los medios de producción y de vida capitalistas, pero también con las condiciones necesarias para los medios de explotación y avasallamiento de las/os trabajadores: la apropiación por un lado del capital y por otro del trabajo(Marx K. , 1977, págs. 651-653). Para eso hace falta la disciplina, el sentido de la sumisión, y la destrucción de la propiedad privada nacida del trabajo: la expropiación del trabajador (Marx K. , 1977, págs. 654-658). Estas últimas condiciones son alteradas por las formas precapitalistas o las nuevas formas de producción que se crean con la lucha social.

La fabricación del proletariado y la pobreza popular son dos condiciones entrelazadas para la mantención del imperialismo, de una parte, y de las colonias modernizadas, de otra. Pero ¿qué sucederá cuando un conjunto de colonias se subleven con el arma de la movilización a la conservación de las cadenas imperiales como viene ocurriendo ahora de modo global contra el neoliberalismo? La ampliación del antiimperialismo periférico podría desintegrar el sistema imperialista actual. Las movilizaciones masivas cuestionan el monopolio del ejercicio de la política.

En este ensayo reflexiono, desde el método histórico y el análisis del discurso, como las crisis cíclicas del capitalismo ahora incorporan crisis inducidas que dilatan la efervescencia de los pueblos; estos emergen, en medio de la creación de la pobreza popular, con situaciones revolucionarias y nuevas expresiones democráticas que pueden producir revoluciones en el grado de la debilidad de los gobiernos (Capítulo 1).

El Levantamiento de Octubre, concebido en Ecuador, tiene características del capitalismo en la sociedad de la información, pero al mismo tiempo de una sociedad colonial. La decadencia del Moreno-Correísmo y, con esta, la de la burguesía rezagada, es un asunto trascendente que altera la correlación de fuerzas y la situación postlevantamiento. El Levantamiento indígena popular arrinconó temporalmente al fascismo con formas populares y democráticas. Sin embargo, el colonialismo, racismo, patriarcalismo y la explotación se han convertido en el armamento pesado del Estado y la estructura de dominación de clase. La disputa por los significados y conceptos han encumbrado al movimiento popular en el sitio más elevado de la lucha, que rebasa el ciclo de los gobiernos progre-populistas (Capítulo 2).

Finalmente, esbozo algunas ideas sobre la situación contemporánea con herramientas críticas, para entender el nuevo espíritu que agita a los pueblos y recabar tesis provisionales para avanzar en la política práctica, donde la movilización se cuece como la principal arma de lucha. El contexto de la situación revolucionaria de Latinoamérica rebasa el estancamiento de los gobiernos populistas, pero puede degenerar en nuevas situaciones populistas (Capítulo 3).

La comprensión de la realidad actual y la configuración de una nueva propuesta de lucha de largo alcance para los pueblos, tiene por objetivo rebasar, al menos, el colonialismo de las estructuras. La superación del capitalismo continúa siendo el objetivo de mayor alcance, no obstante tal hecho no será instantáneo. En uno y otro sentido, los levantamientos y las revoluciones se hermanan en algo nuevo por venir (Conclusiones y recomendaciones).

[1] Primera de las Cartas desde lejos de Lenin, escrita el 20 de marzo de 1917, después de la revolución de febrero en Rusia.

[2] Boaventura de Sousa Santos habla de tres dominaciones: la colonialista, capitalista y patriarcal (Santos, 2019).

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