Jaime Chuchuca Serrano
Hablar del cambio para no cambiar nada se vuelto un discurso permanente en el Estado. Moreno dijo que iba a producir 1 millón de empleos, 400 mil casas, y fue el gobierno que más incrementó el desempleo y menos casas construyó en un par de décadas. Lasso en campaña decía que iba a subir el salario a 500 dólares y después inventó la excusa que era en los 4 años de su gobierno; habló de crear mayores importaciones y exportaciones, producción y más empleos, pero las cifras no han variado mayormente; propuso congelar los precios y generar mayor capacidad adquisitiva y los precios no han hecho más que subir y disminuir los ingresos.
La tónica de la Asamblea es la de las “mayorías móviles” de acuerdo a sus intereses económicos y objetivos políticos. Las múltiples alianzas hacen que los partidos coincidan en algunos momentos y en otros se desentiendan. La mayoría consolidada en estos días es de 81 asambleístas con dos bancadas hermanadas: los socialcristianos y el correísmo, más los votos rebeldes de Pachakutik (PK), la Izquierda Democrática (ID) e independientes. Esa nueva mayoría quiere cambiar la dirección de la Asamblea, y el puesto de Llori pende de un hilo, así también podría determinar las cabezas del Consejo de Participación, la Función Judicial, la Contraloría, Superintendencias y otras. Es decir, la anterior mayoría y la actual buscan similares objetivos. Aunque parecería que sólo el gobierno tiene fracasos políticos, estos también corresponden al conjunto de partidos que conforman la Asamblea.
Los partidos y bancadas de la Asamblea están fragmentados en el pleno, pero también en sus propias estructuras. Se puede señalar la fracción socialcristiana entre Nebot y Cioppo; las diferentes divisiones del correísmo; las tres fracciones de Pachakutik y el distanciamiento de la CONAIE; el fraccionamiento de la ID, sus dos presidencias nacionales, la deserción de sus filas y fuga de miembros hacia el gobierno de Lasso. Por su parte, el mismo CREO no tiene fortaleza interna y se ha visto obligado a recurrir a otros partidos y personajes para llenar las vacantes institucionales: en este rearme ha jugado un gran papel Marcelo Cabrera, su partido Igualdad y la gente de su entorno, e incluso hay acercamientos con la gente de Álvaro Noboa, Bernardo Manzano, ex administrador de una de las haciendas del multimillonario bananero, aceptó el Ministerio de Agricultura, con lo que se continúa con las políticas hacendatarias en el campo. Esta fragmentación política es la antesala para el proceso electoral seccional que se viene.
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