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  • Foto del escritorJaime Chuchuca Serrano

Del insulto a la propuesta

Actualizado: 29 jun 2023

por Jaime Chuchuca Serrano I ECUADOR

 

La campaña electoral por la presidencia del Ecuador ha comenzado. Una de las tácticas más comunes entre los candidatos, defenestrar a sus adversarios, ha tomado impulso en los últimos días. El autor hace un recorrido por algunos de estos insultos y acusaciones que salpican la carrera electoral.

“Jaime Roldós y Oswaldo Hurtado son comunistas” gritaban los adversarios febrescorderistas en las elecciones presidenciales 1978-1979, Roldós era de Concentración de Fuerzas Populares (CFP), un nacionalismo del centro a la derecha, Oswaldo Hurtado neoliberal de la Democracia Popular. A Rodrigo Borja, antes de ganar la presidencia, también le llamaron “comunista”, pero eso no impidió que aplique la flexibilización laboral. Otros insultos se han olvidado con el tiempo: “el narcisista” (Borja), “el ojo de vidrio” (Febres Cordero), “el loco” (Bucaram), “el enano” (Alarcón).


En las izquierdas ecuatorianas hay un insulto/denuncia recurrente: “tal candidato es de la CIA”. No obstante, pasados los resentimientos, en las siguientes elecciones salen en alianza: MPD-FADI. En 2006, muchos militantes del Partido Socialista decían que a Rafael Correa lo apoyaba el Mossad (la central de inteligencia israelí) o que era cuadro de Lasso porque este aportó a su campaña, o sus maestros Oswaldo Hurtado y Gustavo Noboa. Sin embargo, varios del PS-FA cogobernaron con Correa. Después de las riñas entre las izquierdas y Correa en 2009-2010, Correa era el “representante del imperialismo yanqui”, el “fascista”. Correa y sus militantes, de su lado, les llamaron “pseudoizquierda”, “ecologistas infantiles”, les acusó de “lassistas”; por entonces no sabía que su vicepresidente, Lenin Moreno, más adelante, cogobernaría con Lasso 2017-2021 (evito colocar los insultos contra Moreno por la censura).


En 2021, varios medios correístas publicaron artículos con supuestas investigaciones de que Pachakutik y la CONAIE tenían gente de la CIA. En esa misma campaña, a la fórmula Aráuz-Rabascall se le acusó de recibir dineros de la guerrilla. Ningún hecho se probó. Con Lasso en el gobierno (“el zapatos rojos”), en algunas ocasiones, el correísmo y Pachakutik votaron iguales con CREO en la Asamblea, aún así, los unos a los otros se gritaban “lassistas”.


A pesar de las denuncias de fraude de Yaku Pérez en la primera vuelta de 2021, por favorecer a Lasso, en estos días, el correísmo ante su candidatura a la presidencia le ha tildado de “lassista”, de “candidato de la embajada”. Las tendencias de twitter sobre Arauz señalan el subtítulo: “lelo”, en el caso de Topic: “Rambo”, de Villavicencio: “el denunciólogo”. Es imposible eliminar el insulto del lenguaje diario, pero hay que sobreestimar la calidad de las ideas, de las propuestas cumplibles, que rebasen la demagogia.

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