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La decisión de que Jeanine Áñez sea hoy la presidenta se la tomó entre cuatro paredes en la Universidad Católica Boliviana, entre quienes no tenían ningún mandato para hacerlo. Lo hicieron para tener un comodín que les permitiera ir a unas nuevas elecciones.
Las elecciones pudieron haberse realizado como se dijo en 90 días, el 12 de febrero, o en los primeros días de marzo, pero a Jeanine Áñez le gustó el poder y el abuso de poder y decidió arbitrariamente extender su mandato sin grandes argumentos y no sólo postergar las elecciones, sino además constituirse en candidata.
Es importante recordar estos datos, porque ahora que nos encontramos en el medio de una pandemia planetaria, en la etapa más dura para el país con los contagios en alza. Sin las pruebas que nos permitan saber realmente quien tiene coronavirus y quien no, vivimos esta pandemia en medio de una grave crisis política y de gobierno al punto que no hay ni Ministr@ de Salud.
Nadie quiere tampoco tomar las llaves del Ministerio de Salud. La ministra interina seguramente acepto el cargo bajo ruegos y tan solo para disimular el vacío. Urenda del SEDES de Santa Cruz, que pertenece a su propio partido, le ha dicho que-no-gracias y que no es el momento. En otras palabras, no esta dispuesto a poner su prestigio al servicio de este gobierno.
La crisis en el ministerio más importante en estos momentos refleja la crisis en el conjunto del gobierno; cada quien actúa por cuenta propia con su pequeña mafia.
Resumen gubernamental:
-No hay soluciones para la educación pública ni para la privada que esta haciendo lo que le da la gana.Es decir, el estado ha cancelado la mayor de las funciones que lo justifica, que es la educación.
-La crisis en el Ministerio de Salud es la cancelación de otra de las funcionales centrales del estado, como es brindar salud a la población. La resolución de la crisis sanitaria en el Beni esta en manos de l@s médic@s que por coordinación social suya están socorriéndose un@s a otr@s.
-No hay coordinación con la Asamblea legislativa plurinacional, porque Jeanine efectivamente protagoniza un gobierno anti-democrático que ignora el papel del parlamento.
-No hay transparencia en ni uno solo de sus actos de gobierno, y lo que más preocupa es el manejo de las donaciones y endeudamientos en relación a la crisis sanitaria.
-Cancillería no ha resuelto la grave crisis de nuestra población migrante que representó, en todos estos años, el cuarto ingreso de dinero más importante para el país a través de las remesas. A esas personas se les violó todos sus derechos constitucionales, al punto que fueron declaradas parias por el Estado Boliviano.
-Se viene una crisis económica descomunal producto de la pandemia y no tampoco hay ningún plan económico, mesa de diálogo, ni idea en el aire de qué hacer. Las oligarquías cuidan sus intereses sin freno alguno y hasta se pretende aprovechar este momento de dolor en el que muchos bolivian@s no saben si sobrevivirán o no para introducir transgénicos cancerígenos.
-La violencia machista ha crecido en una proporción monstruosa y hay un abandono por parte de las autoridades estatales para la atención de todos esos casos.
La crisis en el ministerio más importante en estos momentos refleja la crisis en el conjunto del gobierno; cada quien actúa por cuenta propia con su pequeña mafia. María Galindo
– Desde el gobierno se ejerce racismo promoviendo la estigmatización de poblaciones como la alteña, se tilda de salvajes a quienes en Sucre denunciaron racismo y por tanto se promueve el racismo y las políticas anti indígenas.
-No se ha investigado ni determinado responsabilidades de las Masacres de Senkata y Huayllani y se ha justificado el asesinato de Estado para amedrentar a la población.
-Hay una especie de pandemia de la flojera porque el Estado se ha contentado con cerrar sus puertas y ganar sentados su salario. En ninguno de los servicios, ni siquiera en salud, realmente te atienden por lo que el COVID-19 ha devenido en pretexto para la desidia estatal y el abandono de sus funciones.
¿Qué hacer y qué no dejar que nos hagan?
Tenemos dos opciones: permitir que la pPandemia siga funcionando como pretexto para el hundimiento total de todo o pedir la renuncia de la presidenta Áñez por grave negligencia contra la salud, la educación y la constitución política del estado.
La discusión por tiempo y materia en el parlamento de una salida a la crisis política que vivimos: ¿quién debería suceder a Áñez, con qué tareas y hasta cuándo? Esa discusión no debiera ser de l@s parlamentarios, sino en el parlamento, pero de la sociedad; de manera que se abra una discusión deliberativa con intervenciones de diez minutos por orador u oradora, convocando absolutamente a tod@s l@s integrantes de estructuras sociales, sean nacionales como regionales, todas las organizaciones sociales y, si quieren, aunque para nada sirven, los candidatos y sus partidos. El acuerdo no debe ser como propone Mesa, entre cuatro patriarcas que nos han metido en este lio y que han demostrado no tener ninguna sensibilidad con la democracia ni con la población.
Instruir al Órgano Electoral estudie otras modalidades de realizar las elecciones que pueden ser: la modalidad del censo, la modalidad de una elección prolongada que no se concentre en un solo día, que se desarrolle en varios días cuidando el contagio.
La conducción de la transición no puede seguir en manos de Áñez, no solo porque es candidata, no solo porque no conoce ni cumple la constitución, sino básicamente por negligencia; si Navajas ha sido enviado a la cárcel ella debería ser enviada a su casa.
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